Piso en AV CISNES DE LOS, 7, Punta del Moral
Un balcón al mar en primera línea del Atlántico. Un entorno privilegiado. Un clima templado y soleado, acompañado de brisas marinas, convierte a Punta del Moral en un destino atractivo en cualquier época del año. En este enclave incomparable se encuentra la urbanización Las Palmeras, recientemente rehabilitada y reconocida por contar con las zonas ajardinadas más amplias de todo el entorno. Situada en primerísima línea de playa, con acceso directo al paseo marítimo y a través de pasarelas de madera elevadas que cruzan el cordón dunar protegido, conduce directamente a la arena. Frente a ti, el océano; detrás, las marismas del Caño de la Mojarra, hogar de flamencos y otras aves en invierno, lo que asegura un paisaje natural y sereno, libre de aglomeraciones incluso en temporada estival. A la izquierda, mirando al mar, se encuentran los Jardines de Isla Canela, perfectos para practicar deporte al aire libre. Muy cerca se ubica el Hotel Vila Galé, referente de la hostelería portuguesa. A pocos minutos, el campo de golf y el puerto deportivo de Isla Canela completan una oferta de ocio de primer nivel. Restaurantes, chiringuitos y bares a pie de playa salpican el paseo marítimo, que une Punta del Moral con las playas de Los Haraganes, Isla Canela y San Bruno hasta la desembocadura del Guadiana, frontera natural con Portugal. Cuando quieras conectar con la vida urbana, el centro histórico de Ayamonte está a pocos minutos en coche, lleno de encanto y vitalidad. Desde allí, el Puente Internacional del Guadiana lleva directamente al Algarve y al aeropuerto de Faro, abriendo la puerta a dos mundos en un mismo destino. La vivienda: vivir en el mar sin necesidad de navegar. Desde el mismo umbral de entrada, el océano se abre ante ti. La luz natural inunda todos los espacios y las vistas son frontales y abiertas. Todas las estancias, salvo baño y aseo, son exteriores y cuentan con balcones con vistas directas al Atlántico. La distribución separa de forma inteligente las zonas de día y de noche mediante un pasillo que aporta privacidad y confort. La cocina es independiente y dispone de lavadero, con una ventana que conecta con el salón y permite disfrutar de las vistas al mar incluso mientras cocinas. El apartamento está amueblado en todas sus estancias. En salón y dormitorios, los muebles coloniales de palisandro aportan carácter y calidez, envolviendo cada rincón en un estilo atemporal y elegante. Una terraza-solárium: tu escenario privado frente al océano. La gran terraza de unos 25 m² es el corazón de la vivienda. Abierta al mar y con casi 180° de vistas, es un lugar íntimo y privilegiado para disfrutar del sol, relajarse bajo los toldos o contemplar amaneceres y puestas de sol inolvidables. Desde aquí, los amaneceres se convierten en un espectáculo único, viendo zarpar los barcos pesqueros desde Isla Cristina o contemplando los veleros en el horizonte. Y al caer la noche, un vino del Condado de Huelva o del Algarve se transforma en un ritual bajo un cielo estrellado, con la luna reflejada en el océano. Arquitectura escalonada, vistas únicas. El edificio se ha diseñado en estilo en terrazas, de forma que cada planta superior se retrasa respecto a la inferior. La vivienda disfruta así de cercanía al mar, vistas panorámicas incomparables y una sensación de amplitud e intimidad difícil de encontrar. No es un piso más: es un refugio elevado desde donde contemplar amaneceres espectaculares y noches iluminadas por los faros lejanos de las playas vecinas. Mucho más que un apartamento. No se trata solo de una propiedad. Es un mirador a la inmensidad del Atlántico, entre dunas vírgenes y marismas salvajes. Es un refugio para quienes aman la naturaleza, la tranquilidad y la belleza sin artificios. Aquí cada día comienza con el azul del mar y termina bajo un cielo estrellado. Más que una vivienda, es una forma de vida frente al mar.
- 2 habs ·
- 2 baños ·
- 132 m² ·
- 3ª planta
