Algunos aspectos clave a considerar son la ubicación (cercanía a servicios, transporte público, etc.), el estado de conservación de la vivienda, el tamaño y distribución de los espacios, la existencia de jardín y aparcamiento, y las condiciones del contrato de alquiler (duración, fianza, gastos incluidos, etc.). También es importante valorar si la casa se ajusta a tus necesidades y presupuesto.