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Flat in Calle de Atocha, Cortes - Huertas
- 2 rooms ·
- 1 bath ·
- 63 m² ·
- 1st floor ·
- Elevator ·
- Heating ·
- Air conditioning ·
- new
Imagina esto: entras por la calle Atocha, cruzas el umbral y, ¡bam!, estás prácticamente flotando sobre el Paseo del Prado. Esa mezcla de historia y vida que se respira al instante se cuela por las ventanas. Hablamos de ese Madrid más auténtico, más castizo, más “culebrón con botas”… pero con ascensor de 1890 —sí, lo leíste bien: finca clásica de 1890 con ascensor. Tan vintage que sería una locura no incluirla en tu anuncio (pero lo haremos con estilo, claro). Con sus escasos 63 m² según catastro, esta vivienda es como ese buen libro corto: reducida pero intensa. Dos habitaciones dobles que, aunque interiores, tienen tanta luz que hasta pensarías que están conectadas al Paseo del Prado por wifi. Techos de 3 metros, panelados a medida que derrochan encanto y una barra de pino e hierro que grita “¡momento afterwork sin salir de casa!”. La cocina, totalmente equipada, te dice “ven, que cocines sin preocupaciones”; y la calefacción por gas y ventanas con rotura de puente térmico aseguran que el confort esté siempre ON. Ahora, hablemos de ubicación con todas sus letras (pero sin abusar). Estas calles te botan al Paseo del Prado como si tuvieras corazonadas: en dos pasos, el Museo del Prado, el Thyssen, el Reina Sofía… el Triángulo del Arte, vamos. Y el barrio en sí —sí, esa zona centro con un toque literario— tiene encanto con mayúsculas: calles con citas de Cervantes y Lope de Vega, terrazas en Huertas con gastronomía para todos los gustos, y el bullicio cultural que solo Madrid puede ofrecer. Pero volvamos a lo nuestro: ese piso que hace efecto “ostras” en cuanto pones un pie dentro. Ideal para inversores (entrada inmediata, amueblado con buen gusto y con ascensor del XIX que parece que ejecuta ballet con cada pisada), y para quien busca vivir el centro sin rendirse a espacios enormes. ¿Quieres vivir en un piso que te pida una copa de vino y una visita al Prado al salir del portal? Pues aquí lo tienes. Y si lo tuyo es ver destinos como Valencia o Barcelona en un plis—en menos de cinco minutos andando—estás en Atocha, esa gran estación que parece moverse sola y que te conecta con España entera sin salir de tu barrio. Eso es lujo real. En resumen: un piso de diseño, compacto pero potentísimo, con alma (los techos altos lo dicen), ubicación de ensueño (Paseo del Prado como vecino), y tan bien pensado que hasta el inversor más exigente se lo va a querer quedar.