Las fincas rústicas en Santander suelen tener amplias extensiones de terreno, con abundante vegetación y paisajes naturales. Muchas cuentan con construcciones tradicionales, como casas de campo o cabañas, que aportan un encanto rústico. Estas propiedades ofrecen la oportunidad de disfrutar de la tranquilidad y el contacto con la naturaleza, alejados del bullicio de la ciudad.