Los pisos en planta baja suelen tener acceso directo desde la calle, lo que los hace más accesibles para personas con movilidad reducida. Además, a menudo cuentan con un pequeño jardín o patio privado, lo que proporciona más espacio exterior y privacidad. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la planta baja puede ser más susceptible a ruidos y tráfico de la calle.