Las fincas rústicas en Manilva ofrecen múltiples posibilidades de uso, desde actividades agrícolas y ganaderas hasta proyectos de turismo rural o ecoturismo. Muchos propietarios las utilizan para el cultivo de olivos, viñas o cítricos, mientras que otros las adaptan para ofrecer alojamiento, rutas de senderismo o actividades de ocio en contacto con la naturaleza.